6 de octubre de 2013

La rutina

Se despertó como todos los días de su vida, casi a la misma hora de siempre. Pero hoy era un día diferente, ella se sentía distinta. Algo había cambiado, pero no se detuvo a pensar en eso. Era hora de comenzar su rutina matutina.
Se sentó al borde de su cama y cogió el cepillo de cabello de su mesa de noche, y comenzó a desenredar mechón por mechón su cabello corto. No se demoró mucho, se había cortado el cabello la noche anterior y eso agilizaba su rutina. Luego, se paró de la cama y se dirigió al tocador donde dejó cuidadosamente su cepillo para dirigirse al baño. Era tiempo de ducharse.
Salió de la ducha, se puso su bata, se secó y luego llegó el momento más difícil de la mañana, el más trabajoso de todos los días, descubrir qué ponerse.
Pararse frente a su enorme closet de proporciones colosales siempre había sido una alegría en las mañanas. Pero hoy era simplemente parte de la rutina, hoy era diferente, pero ella no se detuvo a pensar en eso.
Se podría decir que escogió lo primero que encontró en su closet: Un vestido negro manga corta, unas panties y sus balerinas negras más cómodas. Se cambió y se volvió a dirigir al tocador de su cuarto, hoy no tenía ganas de usar maquillaje muy cargado así que se dio unos retoques, se volvio a pasar el cepillo y salió de su cuarto agarrando los lentes de sol de su mesa de noche.
No había nada de bulla en su casa, lo cual era raro, algo siempre sonaba, habían risas, la televisión prendida, o algo. Pero hoy era diferente, hoy la casa estaba en un completo silencio. Pero ella no quiso detenerse a pensar en el porqué.
Tenía lugares a dónde ir, cosas que hacer, así que salió de su casa con dirección al garaje, se subió a su pequeño pero moderno carro y salió decidida y dirigida, cada vez el día iba siendo más diferente a los demás y se le hacía cada vez más difícil ignorar la razón.
Ya se le iba a hacer tarde así que pisó a fondo el acelerador y agradeció el hecho que no haya mucho tráfico. En poco tiempo había llegado, tenía un nudo en la garganta y le picaban los ojos mientras se acercaba al lugar. Agradeció tener los lentes de sol bien puestos.
Había llegado justo a tiempo. Y ya no pudo ignorar más la razón por la que el día era diferente a los demás  Al ver el cajón siendo introducido a la tierra, todo lo que se estuvo conteniendo fue demasiado como para seguir y por primera vez en mucho tiempo flaqueó. 
Lloró amargamente por perder a una persona tan importante, por saber que sus destinos nunca mas se iban a cruzar, lloró por todo eso que nunca le llegó a decir, lloró por las oportunidades que nunca iban a tener. Y siguió llorando porque ya no se iban a ver nunca más
EL FIN

Alguito que se me ocurrió
Hope you like it
xoxo

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